Este programa número 97 de Alegría Literaria, os traemos la obra de teatro «Un huelguista», un monólogo en verso de J. Lofer de 1902. Lo hemos recogido del libro «Antología del Teatro Anarquista (1882-1931)», de Juan Pablo Calero (2020), publicado por LaMalatesta Editorial.

Se pensaba que el teatro era un vehículo potente para transmitir y compartir las ideas revolucionarias, por lo que se escribió mucho teatro social a lo largo del siglo XIX, interpretado generalmente por obreros y representados en escenarios obreros (círculos, ateneos…).
A finales del siglo XIX, los obreros pasaron del escenario a las bambalinas y se fueron estrenando obras escritas por artesanos y trabajadores. «Como no somos literatos sino simples obreros explotados desde la niñez, y menos de medianamente instruidos en las primeras letras, porque defectuosa, y mucho, es la instrucción en esta España caduca, de caciques, nerones y reyezuelos, no pretendemos hacer aquí un alarde de cultura que no poseemos. Tampoco nos mueve el egoísmo de la popularidad ni el lucro, porque desde luego contamos con la pobreza de este trabajo [pero] si con él consiguiéramos despertar el espíritu societario de los trabajadores, nuestra satisfacción sería inmensa» (Santiago Álvarez Granda, 1913, tomado de Juan Pablo Calero, 2020, p. 37).

Un teatro sencillo, sin apenas elementos estéticos que distraigan del mensaje, y que ayudara a ir construyendo una «identidad anarquista».
La obra que traemos, «El huelguista», es un monólogo en verso de autoría de la que poco se sabe, más allá de que sería un tipógrafo valenciano que firma como J. Lofer (que podría corresponderse con López Fernández pero que no se ha encontrado ningún tipógrafo con esos apellidos en esa zona en esa época…). Cuenta de la importancia de la huelga, en una época (1902) en la que se pensó que era la herramienta más importante de lucha.
Se convencieron de que solo la huelga general era capaz de derrocar el Estado y el capitalismo. Uno de los mayores difusores de esta idea fue Francisco Ferrer Guardia, que abrió un periódico dedicado a difundir esta idea entre los obreros, se llamaría precisamente La Huelga General. En 1900 el movimiento obrero de Barcelona constituyó una nueva organización, la Federación de Sociedades de Resistencia de la Región Española. La organización adoptó el sindicalismo «societario» sobre las bases federales. Su éxito fue inmediato: hubo huelgas en toda España en ese mismo año (La Coruña, Bilbao, Sevilla…). Muchas de estas huelgas no tenían peticiones concretas sino que eran convocadas espontáneamente por la clase trabajadora, algunas incluso llegaban a exigir el fin del capitalismo lo que demostraba que a pesar de llevar 15 años sin una organización obrera explícitamente libertaria el anarquismo seguía impregnando aún al movimiento obrero.

CRÉDITOS
Sintonía: Literatura de cordel – Francisco Diniz
OBRA LITERARIA
«Un huelguista», de J. Lofer (1902) (leído por Ainhoa Ezeiza)
CANCIONES QUE ESCUCHAMOS
El Obrero (1990, disco «Los Jubilados») – La Polla Records
Forjarien kanta (Carnaval de Eibar, 1911) – Txaranga Ustekabe y Eibarko Koro Gaztea
«Leningrado» Sinfonía nº 7, 4º Movimiento 1ª Parte (Dmitri Shostakovich) – Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR, dirigida por Yuri Ahronovitch
Il quarto stato (Ennio Morricone «Novecento 1900», 1976) – The Ennio Morricone Orchestra
FUENTE PARA PROFUNDIZAR
«Antología del Teatro Anarquista (1882-1931)», de Juan Pablo Calero (2020) (LaMalatesta Ed.)
OTRAS FUENTES
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_anarquismo_en_Espa%C3%B1a
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