Este programa número 30 de Alegría Literaria, de nuestra radio libre online Alegría Libertaria, está dedicado a la poesía de Juan L. Ortiz, poeta entrerriano, cuya obra va a provocar un cambio duradero en la historia de la poesía argentina. Escucharemos en la voz de Virginia Noelí Barré, que nos lo cuenta desde Rosario (Argentina).

Tras la presentación/ensayo que da título a este programa, se leerán algunos poemas de Ortiz, reunidos en la Obra Completa editada por la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe). Además, escucharemos también poemas musicalizados, pertenecientes al disco «Luz de agua/Poemas de Juan L. Ortiz-Canciones», con música de Sebastián Macchi, junto a Claudio Bolzani en voz y guitarra, Fernando Silva en violoncello y berimbao, y Carlos Aguirre en percusión.
Este programa, y esto va a ser una sorpresa para Vir, está intimamente entrelazado al que vamos a emitir la semana que viene sobre Salvadora Medina Onrubia.
He aquí un muchacho criollo, valeroso y temerario, que sintiéndose artista y queriendo triunfar, abandona Entre Ríos, su provincia natal, y sin más patrimonio que una delirante fe en sí mismo, se viene a Buenos Aires a vivir… ¿A vivir de qué? A vivir, ¡qué ironía!, de sus dibujos y de sus poesías. No teniendo dinero, sale del Paraná. Primero, a caballo; en seguida a pie; luego a nado, y por fin, en bote… Y así pudo llegar a Buenos Aires. Se llama Juan Ortiz. Es un muchacho triste, está solo, pero es de los que llegan…».
Salvadora Medina Onrubia sobre Juan Ortiz. Revista Fray Mocho N° 97, del 06 de marzo de 1914


Juan Laurentino Ortiz nació el 11 de junio de 1896 en Puerto Ruíz, cerca de Gualeguay (Entre Ríos), ciudad donde vivirá hasta 1942 cuando se muda a Paraná. Salvo distintas «escapadas» a Buenos Aires y una breve visita a China y otros países socialistas en 1957, no quiso abandonar su provincia de Entre Ríos. Murió el 2 de septiembre de 1978.
Juan L. Ortiz escribió un único libro: En el aura del sauce. Fue editado en vida del poeta por la Editorial de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil de la ciudad de Rosario en 1970 dentro de su colección «Homenaje», y está compuesto por trece libros. Diez que habían sido publicados individualmente por Ortiz en pequeñas y personales ediciones: El agua y la noche (1933), El alba sube… (1937), El ángel inclinado (1938), La rama hacia el este (1940), El álamo y el viento (1948), El aire conmovido (1949), La mano infinita (1951), La brisa profunda (1954), El alma y las colinas (1956), De las raíces y del cielo (1958); y tres publicaciones por primera vez en la edición Vigil: El junco y la corriente, El Gualeguay y La orilla que se abisma.
En «Notas autobiográficas», fechadas en mayo de 1978, Ortiz nos devuelve su propia historia poética, donde lo personal, en todo caso, quedará reservado en la historia de la amistad y de la ilusión de los amigos.
«Soy un hombre sin biografía, en el sentido en que ésta generalmente se considera. Pero han sido decisivas en mi vida mi infancia campesina (Villaguay),mi escapada a Buenos Aires a los 17 años con el encuentro allí de Juan Ramón, y luego la soledad estudiosa y contemplativa de Gualeguay (mi pueblo de nacimiento) frente a un paisaje que se diría hecho para poetas bucólicos, pero que no lograba alejarme de los problemas angustiosos, esenciales, del tiempo, ni me impidió enamorarme fuertemente de la mujer que es mi compañera dilecta. Influyó también en mi desarrollo espiritual mi amistad con Mastronardi, quien me hacía gentilmente don de sus más delicadas experiencias poéticas (…)».

«¿Referencias concretas de mi vida? Permítaseme que no les dé ninguna importancia. Apenas si los años y el estudio y la experiencia, sobre todo la experiencia, la experiencia poética, la experiencia humana, la experiencia íntima, me han permitido dar algún esbozo de forma a mis reacciones frente al mundo, frente a las cosas, frente al paisaje con todos los elementos que lo constituyen, ambicionando para la poesía la mayor flexibilidad de movimientos y la mayor amplitud de sentido (…).
Pienso que apenas si somos agentes de una voluntad de expresión y de ritmo que está en la vida, en la vida de todos, en la vida del mundo y de las cosas y que, si conforme a ello, aumenta nuestra responsabilidad, no cuenta en cambio, no debe contar, todo lo que atañe a nuestros éxitos, bien pequeños, por cierto, con respecto a las posibilidades infinitas y de varia índole que existen. La poesía no pertenece a nadie o es de todos. De aquí que debamos hacer todo lo posible para crear las condiciones necesarias para que todos la sientan, o mejor, para que todos puedan vivirla en todos los momentos, como que todos los momentos tienen su ritmo. Lo que significa colaborar en la transformación del mundo, en el cambio de la vida. (…) Esto, desde luego, sin cerrar la sensibilidad a ningún mensaje poético, venga de donde venga, siempre que haya respondido a una íntima necesidad, que sea auténtico, en una palabra».
Juan L. Ortiz (1996:1102-1103)

CRÉDITOS
Sintonía: Literatura de cordel – Francisco Diniz
POEMAS
Juan L. Ortiz (1996) Obra completa, Centro de Publicaciones, Universidad Nacional del Litoral: Santa Fe, Argentina.
Luz de agua. Poemas de Juan L Ortiz. Canciones. Disco de Sebastián Macchi, con Claudio Bolzani en voz y guitarra, Fernando Silva en violoncello y berimbao, y Carlos Aguirre en percusión.
MÚSICA
El Cant del Ocells – Pau Casals
https://alegrialibertaria.org/wp/pau-casals-y-el-violonchelo-de-la-solidaridad/
Luz de agua. Poemas de Juan L Ortiz. Canciones. – Sebastián Macchi
https://www.youtube.com/playlist?list=PLAuAv2HS5aTXJunl9YN95vAmPMSXo-P5f
PARA PROFUNDIZAR
https://www.youtube.com/playlist?list=PLAuAv2HS5aTXJunl9YN95vAmPMSXo-P5f
https://www.autoresdeconcordia.com.ar/articulos/1868
Programa bajo licencia CC-by-sa-nc a excepción de la música. Uso educativo.
2 comentarios en “Juan L. Ortiz y la elegía combatiente”