José de Molina. No hay nada más hermoso bajo el cielo que la libertad de los oprimidos

En este programa número 122 de La Alegre Corchea Libertaria, de nuestra radio libre online Alegría Libertaria, traemos la música de José de Molina, cantautor revolucionario mexicano identificado con el anarquismo.

Cuenta Sebastián Franco en su texto publicado en Marvin, que de la vida del cantautor no se precisa exactamente de dónde o cómo se origina su figura; no se sabe exactamente en qué año nació -el mismo músico no lo sabía-, pero se especula que fue alrededor de 1938. Según José Luis Rangel, biógrafo de Molina, el cantor era hijo de una empleada doméstica y madre soltera, quien murió cuando él tenía cerca de 3 años por lo que José fue adoptado por los patrones de su madre, gente de la más alta alcurnia social; cuando José tenía escasos doce años, decidió fugarse de la mansión para emprender su destino, que tenía claro no era con la burguesía de Hermosillo.

Fue el creador de canciones populares imperecederas como «Obreros y Patrones», «Ayeres», entre otras más. En su trayectoria de 30 años como artista y compositor de temas sociales lanzaría por lo menos 12 álbumes, siendo además un viajero incansable a quien sus andanzas llevarían por Latinoamérica, Europa, Estados Unidos y todo México.

José de Molina

Trabajó en sus inicios como campesino, obrero, periodista, actor y vendedor, entre otros oficios. Dichas experiencias se verían reflejadas posteriormente en su obra, dotándola de una rebeldía e irreverencia características. Nunca se afilió a partido político alguno, ya que no creía en la vía electoral como fuente propiciadora de los cambios radicales que la sociedadd necesitaba.

José de Molina pudo sobrevivir a las masacres del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, y de El Halconazo del 10 de junio de 1971.

Si bien su obra fue contestataria, y atacaba al estado y al régimen que entonces imperaba en la época (y continua actualmente), también conserva una fuerte carga humana, llena de sensibilidad por las carencias del pueblo y de sus dolencias, no solo económicas; además, sensibilizaba a la sociedad sobre lo que significaba ser y sentirse de clase trabajadora y que naturalmente contrastó con su radicalidad, como por ejemplo en el tema “Madre proletaria”.

En 1994 decidió plantarse todas las tardes a tocar sus canciones en el Zócalo capitalino, en solidaridad con el levantamiento zapatista, por lo que más tarde en 1997, con la visita del presidente norteamericano Bill Clinton, el cantautor fue secuestrado y torturado por la policía política. Fue hospitalizado e intervenido como consecuencia a los golpes recibidos.

Fue víctima de amenazas, secuestro y golpes de la policía política mexicana. El poder político trató de comprarlo, pero jamás cayó en la tentación, procurando llevar una vida consecuente con sus ideas. Se consideraba un socialista libertario, ya que pensaba que todo Estado-Gobierno temprano o tarde se corrompe y se vuelve despótico, represivo y tiránico. No creía en caudillismos, ni aceptaba dioses, mucho menos amos.

En la década de los 90, la marginación contra este cantautor se agudizó, razón por la cual se hizo un llamado para organizar eventos en barrios, sindicatos y auditorios con el fin de romper el cerco de silencio que lo rodeaba. Quizá fue el compositor popular urbano de protesta más conocido en México, solo precedido por León Chávez Teixeiro y la aguerrida cantora revolucionaria Judith Reyes.

La muerte de este cantautor, como lo ha declarado públicamente su hijo Arturo de Molina, fue el resultado de la política represiva y criminal del ex presidente mexicano Ernesto Zedillo Ponce de León, pero su voz no será callada y acompaña las luchas del pueblo mexicano.

Cuenta antichef en libcom.org:

Odio que lo llamen «El Utah Phillips mexicano», porque tal vez Utah era «El José de Molina estadounidense», pero hay muchas similitudes, como su anarquismo, su humor y su dedicación de por vida a compartir y promover la historia popular, utilizando la canción para amplificar las historias y movimientos obreros. José de Molina, sin embargo, no era pacifista, lo que hace que sea tan difícil de encontrar su música en los EE.UU.

Contraportada del disco «Salsa… Roja»

Salsa Roja es uno de los mas famosos discos de Jose de Molina, el tema que más destaca es precisamente el que le da nombre al disco, «Salsa Roja», donde se pone en evidencia que los empresarios no son nada sin la mano de obra que transforme la materia prima, y sin embargo, son los que cuentan con las peores condiciones. Otra que destaca es una parodia a la cancion «El Año Viejo», donde describe la situacion que miles de familias ante la crisis que afectaba al pais (antichef en libcom.org).

La música que escuchamos tras la presentación es su disco «Salsa… Roja», de 1979. Participaron el grupo Vientos para un Nuevo Día, el grupo FAR y la Orquesta Fantasma. Estos son los temas del disco:

Salsa… Roja (1979). José de Molina

01 Pobre México Señor
02 Canto negro (canta Othoniel Llanas)
03 Diálogo entre el Papa y Jesucristo
04 Marcha Coalición
05 Canto por los desaparecidos (canta Eduardo Mata)
06 Lorenza Santiago (cantan Andrea y Coralito)
07 Corrido a los mineros de Nacozari
08 Salsa Roja (con Carlos Orozco Elwin)
09 El año viejo

CRÉDITOS

Sintonía: Birds of Fire – Mahavishnu Orchestra

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FUENTES

https://marvin.com.mx/recordando-jose-molina-la-libertad-hombre-coherente/
https://libcom.org/forums/north-america/jose-de-molina-musica-de-protesta-11092008
http://periodicoellibertario.blogspot.com/2017/08/jose-de-molina-1938-1998-canto.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_de_Molina
https://www.cgtvalencia.org/internacional/20101012/mexico-jose-de-molina-un-cantautor-combativo-y-un-libre-pensador/3899.html

Amparo Ochoa. Canciones y vida

Esta voz inconfundible nos lleva a emprender un viaje en el tiempo y el espacio. Nos trasladamos a México, al Estado de Sinaloa, al municipio de Culiacán, a la localidad de Costa Rica. Nos plantamos allí, al menos un momento, y desde aquí nos vamos al año 1946. Llegadas estas coordenadas espacio-temporales, dejaremos pasar un momento así podemos ubicarnos.
Es en el encuentro de este lugar y este año, cuando nace Amparo Ochoa, la hija menor de una pareja que había criado ya diez hijos, una casa donde todos cantaban. Amparo, se dedicó al estudio, primero a la enfermería y luego entró al magisterio y se decidió a ejercer como maestra rural en La Palma, Villa Ángel Flores y Tierra Blanca en su estado natal. Paralelamente continuaba construyendo sus bases musicales, que serían desplegadas hacia 1969, cuando viaja a la ciudad de México. Allí gana un concurso de aficionados, como cantante y poco después se inscribe en la Escuela Nacional de Música (de la UNAM)…

Amparo cantaba en la Universidad, en la Casa del Lago, en los bares, en las cafeterías, y en las primeras peñas de la época. Su grito iba a la conquista de un mundo más justo, ondeando siempre la bandera libertaria, reclamando justicia, derecho al trabajo, a la educación, a la salud, canciones contra la explotación y el sistema económico que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Es por ello que no solo ha cantado en español, sino que también lo ha hecho en las lenguas indígenas náhuatl, chontal, mayo, y ha apoyando durante toda su carrera la causa Zapatista

Música:

Oscar Chavez y Amparo Ochoa – Mi Abuelo
La Maldición de Malinche – Amparo Ochoa y Gabino Palomares

Canciones de Amparo Ochoa en solitario:
Corrido de la muerte de Emiliano Zapata
Mujer
Tierra húmeda

Sintonía: Birds of Fire – Mahavishnu Orchestra

Fuente: https://sonidosclandestinos.blogspot.com/2009/07/el-eco-de-un-grito-latino-amparo-ochoa.html

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