En este programa número 120 de Alegría Literaria, os traemos la novela histórica «La expatriada», de Esperanza Vázquez Cueto (Ed. Extravertida, 2022), que nos da pie para hablar sobre las Minas de Riotinto y las huelgas mineras de este enclave bajo dominio británico (1873-1954).
Miles de niños son repartidos por todo el país para escapar de la hambruna que asola a la cuenca minera de Riotinto durante más de seis meses. Los primeros recuerdos de María, la pequeña expatriada, comienzan en un vagón durante el verano de 1920. Con la familia Ares, una familia cualquiera, recorremos un tiempo en que España está afectada por grandes conflictos sociales y políticos. En Riotinto, el dominio de los ingleses va más allá de ser los dueños de unas minas, son los amos de una población que enfrenta interminables luchas para mejorar sus condiciones laborales. Finalizada la guerra civil, María Ares deja atrás una tierra sitiada por el hambre y el miedo para servir en la ciudad. Su vida es un laberinto de obstáculos hasta el final de sus días cuando ve discurrir el presente tras los muros de un geriátrico.
Esperanza Vázquez convirtió en novela esas movilizaciones en las que participó su familia. Lo hizo en la trágica huelga de Riotinto, Huelva. Allí hubo medio año de protestas contra los dueños de la mina, ingleses, que tomaron represalias salvajes: «Llegaron regimientos militares, tomaron la población, esto estaba totalmente sitiado por las fuerzas del orden público, era tremendo. Las mujeres y los niños se iban donde comían los militares, para coger las migajas que sobraban del rancho de los militares», relata la escritora.
La riqueza mineral existente en este marciano pedazo de las tierras onubenses ha sido de sobra conocida por todos los pueblos que han transitado por sus valles y colinas. Hace más de 3000 años, en el calcolítico, los primeros pobladores de la región comenzaron a utilizarla. Durante la Edad del Hierro los tartessos desarrollaron un importante comercio con griegos y fenicios. No obstante, no fue hasta la llegada de los romanos cuando se dio una auténtica explotación de sus recursos minerales. Introdujeron las galerías subterráneas y las norias para el drenaje de las minas, también el trabajo de esclavos, que solían vivir encadenados en los túneles; también los niños, quienes tenían acceso a los lugares más estrechos de las minas. Fueron ellos los que arrojaron millones de toneladas de escoria, una monstruosa y negra montaña de piedra fundida que hoy en día sigue imponiendo su voluntad sobre el paisaje.
Después del paso del gran imperio, las minas de Riotinto, las legendarias minas del Rey Salomón, cayeron en un profundo letargo, hasta que en 1873, tras una fracasada subasta pública, el Gobierno la I República Española (bajo presidencia de Estanislao Figueras) vendió las minas al consorcio empresarial y bancario creado por Hugh Matheson conocido como «La Compañía», la Riotinto Company Limited (RTC). El precio fue de 93 millones de pesetas, menor que el valor tasado e infinitamente menor que el valor extraído de su tierra y de sus pueblos. Además, contó con otros grandes privilegios: capacidad de expropiar todos los suelos necesarios para la construcción del ferrocarril, así como gozar de la propiedad absoluta a perpetuidad de todo el terreno adquirido y de las construcciones que sobre él se hallasen, es decir, se adquirían suelo, subsuelo y vuelo.
Así, el capital inglés lanzaría su largo brazo imperial ávido de recursos naturales tras el desgaste nacional resultante de la Revolución Industrial, para caer con toda su fuerza y brutalidad contra los pequeños pueblos de la cuenca y también, contra su todavía verde y bella naturaleza. Fue así, como comenzaría la devastación de una comarca, pero también, la heroica resistencia que tuvo lugar, no solo durante el dominio británico sino también durante todos los años en los que la mina seguía latiendo y sus mineros, respirando conciencia de clase y esperanza.
Desde primeros de año 1920 los paros laborales se sucedían en las minas de Riotinto en Huelva. La huelga duro en total casi nueve meses y afectó a más de 11.000 obreros. 3000 niños tuvieron que ser acogidos por familias obreras de otros lugares de España.
CRÉDITOS
Sintonía: Literatura de cordel – Francisco Diniz
OBRAS LITERARIAS
«La expatriada», de Esperanza Vázquez Cueto
https://extravertida.es/producto/la-expatriada/
Cancionero del Río Tinto, de Juan Delgado
http://manuelgarridopalacios.blogspot.com/2015/07/juan-delgado-cancionero-del-rio-tinto.html
(sobre Juan Delgado https://www.poetasandaluces.com/profile/270/ )
AUDIOS QUE ESCUCHAMOS
Booktrailer «La Expatriada», de Esperanza Vázquez Cueto. Canal de Extravertida Ediciones
https://youtu.be/sL8m4NNZHdI
Esperanza Vázquez «La expatriada» en el programa «La Sexta Columna» (La Sexta TV)
https://youtu.be/W2-bFSQ9lIg
Huelga minera en Riotinto en 1920. Canal Luchas Obreras y Otras Historias
https://youtu.be/_lyF4ncKIBY
CANCIONES QUE ESCUCHAMOS
Ni recuerdo ni olvido – Smash
La Planta 14 – Marisa Valle Roso (letra y música de Víctor Manuel)
Tierra y Centro (Minera) – Rocío Márquez
PROGRAMAS RELACIONADOS
«Platero y yo». Juan Ramón Jiménez.
Novela «Viento», de Javi Caballero
PARA PROFUNDIZAR
Documental «Rojo Tinto» (Gulliver Producciones)
https://youtu.be/qpdJJtKa7UA
https://www.filmaffinity.com/es/film381674.html
La olvidada cuenca minera de Riotinto. Movimiento obrero durante el dominio británico
https://www.revistalacomuna.com/cultura-y-memoria/riotinto-la-compania/
https://www.revistalacomuna.com/cultura-y-memoria/movimiento-obrero-cuenca/
https://es.wikipedia.org/wiki/Minas_de_Riotinto
https://es.wikipedia.org/wiki/Rio_Tinto_Company_Limited
Programa bajo licencia CC-by-sa-nc a excepción de la música y la obra literaria. Uso educativo.
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